sábado, 12 de enero de 2008
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Cuando abrí este blog lo hice a consecuencia de un impulso. Pensé que tener un sitio donde poder decir lo que me viniera en gana sería gratificante, al menos para mí. Mis otros blog son diferentes. En el Jardin de Diana, cuando escribo, lo hago pensando un poco en los demás, cuidando de no molestar a nadie y más bien con la intención de transmitir algo que yo haya aprendido, tratando de ser positiva y cuidando la imagen, pero yo sentía la necesidad de poder soltar la lengua, de poder hablar sin tapujos, de poder desahogarme, ya que hay veces que te sientes mal, enojada, irritada con algo o alguien y necesitas echar eso para afuera pues de lo contrario se queda dentro y se va haciendo una bola y al final te daña a ti y por rebote a los demás. También hay temas de los que si hablas abiertamente la gente no entiende y su rechazo te rebota. Para hacerlo necesitaba dejarme de aparentar, de pensar en lo que piensen o digan los demás, en dejar de actuar pensando en si es correcto o no decir tal o cual cosa, en fin era necesario dejarme de tonterías y dejar que hable esa Diana que llevo dentro y que ya está harta de tanta hipocresía, de tanto formulismo, de tanto dejarse manejar por los demás y he llegado hasta hoy inmovilizada por el miedo a que quien lea lo que escriba se moleste.
4 comentarios:
Nada de pensártelo amiga, esos pelos de la lengua hay que soltarlos ya!! ja,ja,ja,ja
Si te pasas por mi blog tengo "cuerda" para que sueltes pelos por un tubo con los antiabortistas madrileños ¡jooo qué hipócritas!
Besitos multicolores!!
aRTISTA, seguro que triunfas, que tu vales mucho!!!
Me imagino que nos haras participes de las fotografias de tus pinturas...mira que las estaremos esperando.
Un beso,
Soraya
Pues la imagen que nos regalas es de lo más tierna.
Un saludo
Jesús
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