viernes, 30 de septiembre de 2011

MIRANDO HACIA ADELANTE

¡Cuanto tiempo de silencio!. Me he planteado varias veces cerrar el blog, peroal final no lo hago. Los otros los ctualizo de vez en cuando, unos más otros menos, pero en este me cuesta hacerlo. Recuerdo que la idea con la que lo abrí fue el poder hablar libremente de lo que quisiera, sin trabas ni tapujos, vamos, desnudarme con palabras, pero a la hora de la verdad eso no era tan fácil, unas veces porque tienes miedo de que lo que quisieras decir podría hacer daño a otro aunque tu intención no sea esa ya que las palabras escritas casi nunca se interpretan como tu las has sentido dentro de ti. Hoy, pensando sobre todo esto me he dado cuenta de que en realidad lo que ocurre es que yo he cambiado desde aquellos momentos en que abri este blog. Ahora evito quejarme porque he comprendido que la queja nunca es buena y  seguramente durante  todo este tiempo en que he dado rodeos para no publicar nada lo que ocurría era que en el fondo no quería quejarme ni criticar, nada y a nadie. No tengo nada en contra de aquellos que utilizan los medios para quejarse de la situación actual o de las actuaciones de los demás. No me siento cómoda con las críticas, aunque las llamemos  constructivas ni con los juicios de valor y cuando me sorprendo a mi misma criticando o enjuiciando a alguien, porque soy consciente de que soy como el resto de los humanos, me regaño y me propongo tener más cuidado y evitar hacerlo.
Así que he resuelto no cerrarlo y me propongo escribir más porque tengo mucho que decir, mucho que contar y estoy segura de que aún evitando la critica y el enjuiciamiento diré cosas que alguien al leerlas pensará que me he pasado de la raya o que estoy chalada pero no importa... hace tiempo que me da igual lo que piensen de mi. Soy como soy y no usaré más mascaras para ocultarme.
Reconozco que hace años alguien muy querido leyó una especie de relato que escribí buscando las raices de mis males, una especie de terapia que no tenía ninguna intención de criticar a nadie y mucho menos culpar, pero que quien lo leyó creo que lo hizo a medias y no fué capaz de entrever el verdadero sentido de aquello y me echó la bronca. Desde entonces mi relación con ciertas personas cercanas se deterioró y no ha vuelto a ser la misma. Nunca intención de culpar a nadie de lo que solo yo era responsable pues siempre he sido consciente de que los demás actuan de la unica forma que saben hacerlo, es decir, lo mejor que saben y somos nosotros, con nuestras reacciones los que nos hacemos daño. Yo tenía que hacer ese viaje por mi vida para comprender las causas de mi forma de ser para poder cambiar pero nunca mi intención fue la de criticar ni juzgar las actuaciones de los demás. He cometido muchos errores en mi vida y no me arrepiento de ellos. Si nunca nos equivocamos no aprendemos.Solo espero que algún día esos seres queridos comprendan que nunca he dejado de amarlos, aunque yo no sienta su amor desde hace tiempo. A veces el precio que hay que pagar por atreverse a ser uno mismo es muy caro y aunque los demás se sientan heridos el que más sufre las consecuencias es uno mismo.
Me alegra decir que estos últimos años he crecido mucho y cada vez me cuesta menos ser yo misma. He aprendido a amar la vida y a disfrutarla a pesar de todos los contratiempos que se puedan presentar. Siento que tengo mucho que contar y compartir. He andado una pequeña parte del camino y me levanto entusiasmada cada mañana con recorrer otro trocito, así que si os animais, os invito a acompañarme y mientras caminamos os voy contando como he conseguido llegar hasta aquí.
un abrazo muy fuerte

jdiana

martes, 18 de enero de 2011

CONTESTANDO A SEBASTIAN

Estimado Sebastian. No solo he leído tu comentario sino que lo he reeleido y no te me has ido del pensamiento desde que lo leí la primera vez. No se si me puedo hacer una idea de como te sientes. Me llega mucho dolor y padecimiento a través de tus palabras y ojalá tuviera las palabras idóneas que te ayudaran un  poco. Yo tengo dos hijos, el mayor de 31 años y la menor de 24, igual que tú, así que no puedo evitar verte como uno de ellos. La vida no resulta facil para nadie y mucho menos para las personas sensibles como mis hijos y como intuyo eres tu. Ellos han tenido sus épocas malas también y por eso tu dolor me llega tan hondo. A lo largo de los años he tenido que  comprender que cada ser que viene a este mundo tiene su camino y ni siquiera los padres podemos evitarselo, solo podemos estar a su lado y darles el amor que los fortalezca para poder vencer las dificultades. Por eso desde que leí tu grito de ayuda te estoy enviando todo el amor del que es capaz mi corazón. Me dices que si el reiki te ayudaría y mi respuesta es que no lo dudes. El reiki es amor y el amor siempre ayuda. El amor nos sustenta, nos dá fuerza. Puedo garantizarte que su práctica hace que cada día sea más fácil. Cuando digo que el reiki es amor, hablo del amor en mayusculas, del amor hacia la vida y hacia uno mismo. Cuando se aprende a amar la vida y a uno mismo, sin condiciones,  resulta más facil todo lo demás.
A mi me ha ayudado mucho EL REIKI, física y emocionalmente. Espero que hayas leído más entradas de mis blogs y  no te hayas quedado con lo triste de mi experiencia con la fibro, pues cuando escribo lo hago con la intención, sobre todo, de compartir mi experiencia personal por si eso puede ayudar a quien lo lea.
No creas que eres el único que dejas cosas comenzadas sin terminar ni tampoco el único que está desencantado de la vida. Eres valiente al reconocerlo, pero yo te animo a que no te conformes con quedarte ahí. Dices que en estos momentos no crees en Dios, pero aún así pidelé que te guie y te ayude a encontrar el camino. El lo hará creas en él o no.
Espero que no te imnporte que te haya contestado publicando una entrada, ya que así puede llegar a alquien más y ojalá no te hayas hartado ya de esto y vuelvas a buscar la respuesta a tu comentario.
Recibe un fuerte abrazo y no olvides que detrás de los nubarrones negros siempre hay un cielo azul inundado de sol, el que a veces no se deja ver si no lo queremos ver.
jdiana