jueves, 18 de noviembre de 2010

UN POCO DE LUZ ENTRE LAS SOMBRAS



Aquel día había comido y trataba de descansar un poco, recostada en el sofá. Al fondo, mi marido tenía la tele puesta y a mis oídos llegaban los ecos de las noticias de hoy. Pusiera la cadena que pusiera, en todas hablaban de los tres etarras que han cometido hoy un acto atroz en una ciudad de Francia. Han matado a un joven policía y herido gravemente a otro, ambos españoles, y en su huida han secuestrado a una madre y a su hijo.


Hoy en todos los hogares españoles se compadece a las victimas y se maldice a los asesinos. En toda España se llora por los afectados y se clama pidiendo justicia. De los labios de mi propio esposo escucho decir que “si ahora se les cogiera y se les pegara un tiro en la cabeza a los tres……”


No puedo evitar que se me encoja el corazón. Mi cuerpo se estremece de dolor. ¡Cuánta violencia y dolor hay en el mundo! Pero no puedo evitar sentir otro sentimiento… decepción. ¿Cuándo vamos a aprender que la violencia no genera más que violencia? ¿Cuándo vamos a aprender que el odio no se combate con más odio, sino con amor?

Hoy, cuando la mayoría de las voces que se escuchan, compadecen a las victimas y amenazan a los asesinos, yo no puedo evitar acordarme de las madres de esos pobres asesinos, del dolor que deben sentir en sus entrañas, porque si yo fuese la madre de uno de ellos, estaría aterrada de que una parte de mí hubiera sido capaz de hacer algo así.


No puedo evitarlo, mi corazón está lleno de amor, no puedo sentir odio por los asesinos, solo soy capaz de enviarles un poco de luz para iluminar su camino y rezar para que se den cuenta de que la violencia solo engendra violencia y el dolor solo trae dolor.


jdiana

¡Dios! ¿como he podido dejar de escribir tanto tiempo? . Mi excusa ha sido que me enganché al patchwork y en todo este tiempo  solo he pensado en coser. No se... quizás en parte sea  casi cierto pero reconozco que algo me ha pasado, por alguna intrincada razón he estado desmotivada, sin inspiración, tanto para la pintura como para la escritura. ¿Será que al acercarme a cierta edad me he vuelto marujona y solo pienso en las labores? No dejo de preguntarme como es que algo que siempre he creido que no me gustaba ahora me haya absorvido. Y es que no es así. Si soy sincera y miro en mi interior me doy cuenta que  en el fondo las labores siempre me han gustado pero las evitaba porque de niña me las imponían. Yo vengo de una generación , o más bien un entorno, en los  que aún se valoraba a la mujer por su capacidad de hacer las labores propias de una mujer (como se pensaba antes) y no me animaban a hacer lo que a mi me gustaba más que era escribir o pintar. Así mi vida ha sido una lucha interior por compaginar todo, hacer lo que mi corazón deseaba sin dejar de hacer aquello que se me exigía como mujer para no defraudar a nadie. Una batalla inutil y perdida porque lo unico que he conseguido ha sido, por usar una expresión que lo diga todo, "morir en el intento".

Ahora he asimilado que no tengo que contentar a nada ni a nadie, sino a mi misma. He aceptado, o estoy en camino de hacerlo, que solo cuando me quiera tal y como soy, complicada y controvertida, lo harán los demás.

Después de un tiempo de falta de inspiración, ahora vuelven de nuevo los deseos de escribir y eso hago y es curioso que no por ello dejo de sentirme bien cosiendo. Solo falta un toque mágico y espero coger los pinceles de nuevo y sorprenderme a mi misma.

un abrazo a todos los que gusteis de pasar por aquí y leer mis paranoias. Si preferis leer algo menos "real", pasaros por mi blog "dejame que te cuente".