viernes, 25 de abril de 2008

DESAPRENDIENDO EL ¡POBRE DE MI!


David, mi hijo, había estado por la mañana en el ambulatorio curandose el dedo que se rompió y por la noche, mientras cenábamos los dos me contaba que mientras esperaba turno había estado entretenido observando dos mujeres que charlaban a su lado. Las dos mantenían una cómica disputa de a ver cual de las dos estaba más enferma. Si una decía que le dolia esto o lo otro, la otra alegaba que a ella le dolía más, si la enfermedad de una era jodida, la de la otra lo era más. Trataban de convercerse la una a la otra de qúe su médico le había dicho que lo que le pasaba no tenía cura, que era para siempre, en fin, verdaderamente patético, pues que yo sepa en esa clase de concursos el ganador o la ganadora, en este caso, no recibe ningún premio.Esta historia le había suscitado a David ganas de hablar sobre el tema. Quería compartir conmigo el interrogante de los caminos por los cuales la gente se instala en el papel de victima de esa manera. Él mismo dudaba de si en estas dos últimas semanas había participado en el papel del "pobre de mi" a raíz de su accidente con el dedo (le cayó encima un monitor de ordenador y le arrancó la uña, la yema del dedo y le rompió la primera falange).El papel de víctima, el "pobre de mi", desgraciadamente forma parte de nuestro comportamiento más de lo que queremos reconocer. Es algo que nos han enseñado desde que nacemos, es una impronta que se ha instalado en nuestras celulas y la sociedad entera es una gran tragicomedia cuyo título parece ser "POBRE DE MI". Verdaderamente es dificil no participar en la representación, pero no imposible. Basta con tomar conciencia de ello y cambiar lo aprendido. ¡Ah! y desde luego desear hacerlo.
continuara......................
jdiana

9 comentarios:

Carla. dijo...

Y una buena forma de "sacarlo" es como dice Sabrina, el servicio. Yo dejé de compadecerme "ayy mi mamá no me quiere buu", cuando conocí a Xer y nos casamos y me dedico a consentirlo. Ahora que consiento x3, recibo más amor y no me acuerdo de quejarme.
Besos y gracias por compartir todo con nosotros.

Anónimo dijo...

He seguido tu invitación desde tu jardín y aquí me encuentro... Este tipo de conductas victimistas suele también ser debido a esas ganas de llamar la atención que ya de pequeñ@s solemos tener con objeto de que nos tengan en cuenta o seamos tratados con más benevolencia que l@s demás.
Hay gente hipócrita que vive siempre haciéndose la víctima y aprovechándose de la buena fé del prójim@.
Besos multicolores de nuestra parte.

Cristina dijo...

Cuanta razón tienes. Nos justificamos, nos excusamos y rara vez se oye a alguien decir... Mira yo es que paso de estar enfermo sabes?

Me alegro de q tu hijo detecte este tipo de comportamiento insano, eso le ayudará a elegir bien en el futuro.

Besos Cris

Gabriela Collado dijo...

Diana: Me encanta tu nuevo blog!!!! Enhorabuena por soltar la lengua y con ella los miedos, las inseguridades y todas esas cadenas con las que nos atamos a nosotros mismos. Sigue... avnza, avanza y no te detengas lo haces genial! Un besazo!!!

Angeles y Flores dijo...

Me da tristeza imaginarme este espectaculo y mas cuando los medicos insisten en que no tienes cura o que es cronico, vaya palabrita. Pero por suerte para nosotras, cogimos a la victima, la matamos y enterramos y ahora nos hemos decidido VIVIR CON ALEGRIA, que es lo que estamos haciendo. Buen post,si señor.

Sibyla dijo...

Es cierto, a veces existe una manía persecutoria en hacer alarde de todos los padecimientos habidos y por haber en una frenética competición!

Besos:)

Marta dijo...

Buenísimo tema, Diana, buenísimo post.

Mi madre nos educó para no ser ni quejicas ni víctimas, no soporto a los que se recrean en la enfermedad esperando así llamar la atención y despertar la preocupación en los demás!. Es una actitud no sólo victimista, sino egoísta y mezquina!.

Shiry dijo...

es tragico que hasta en eso uno quiera ganarle al otro..
pero esta es la sociedad que nos toca vivir, y nosotros somos los protagonista del dia a dia, tantas personas hablan de esta sociedad como consumista, materialista y demas.. pero que hacemos para cambiarla?

besiñoss!!!!

S.

Franziska dijo...

Ese comportamiento que a tu hijo le llamó la atención es muy frecuente. ¿Cuál es la razón? Pues es la razón de que lo único que tenemos para valorar a los demás, somos nosotros mismos. Es muy difícil que entendamos las experiencias por las que nosotros no hemos pasado, es decir, estamos ciegos a nada que no hayamos comprendido en nuestra propia carne.
La empatía de la que se habla con tanta frecuencia, no es otra cosa que la buena disposición a querer entender lo que les pasa a los demás: creo que es un sentimiento muy bueno pero que está lejos de acercarse a la verdad.

Nos queda la frase lapidaria: para entender este sufrimiento, es necesario haber pasado por ello.

Somos así. ¡Qué le vamos a hacer!